La difícil vida en rosa

No es posible tapar el sol con un dedo, y tampoco lo es negar la existencia de la homosexualidad masculina y femenina.

La televisión, el cine, internet, la prensa y las revistas especializadas hablan y exponen de diferentes maneras las formas de vida que establecen los gays y las lesbianas como parejas sexuales formales, pero aún así los problemas que enfrentan para vivir su vida les impiden disfrutar de los privilegios y aceptación social y familiar de las parejas heterosexuales, pues el ruido emocional que provocan sigue siendo fuerte, razón por la que se saben y sienten marginados, lo cual afecta sus relaciones interpersonales y amorosas.

Lograr una identidad de hombre o de mujer, social y familiarmente aceptada, es de por sí difícil y se tiene que atravesar por la adolescencia antes de alcanzarla y consolidarla; definirse como homosexual e ir en contra de los canones sociales y familiares es aún más pesado. Pero cuando la persona homosexual está decidida a vivir su vida en ese sentido, tiene que armarse de valor para enfrentar los cuestionamientos, criticas, desaprobación y angustias que surgen en su medio ambiente familiar, antes de lograr que los acepten como personas, que han decidido vivir su sexualidad y sus relaciones de pareja de una manera diferente a como lo hace la mayoría.

Una vez salidos del closet, las personas suelen lidiar con ciertas burlas que los orilla a refugiarse entre los grupos de gay y lesbianas para fortalecerse mutuamente, pues allí se sienten a salvo del rechazo social, laboral y familiar. En estos grupos pueden encontrar apoyo emocional y orientación sexual y psicológica para sobreponerse a los golpes de su autoestima.

Las relaciones sexuales entre homosexuales se ven afectadas por la aprobación o desaprobación de su condición, por lo que la pareja tiene que unir esfuerzos para enfrentar tal situación, que los heterosexuales no experimentan. Desde el momento en que se han dado cuenta de sus atracciones y preferencias homosexuales, tienen que enfrentarse al dilema de decírselo a sus padres y hermanos, con la angustia de no ser aceptados y comprendidos.

Si agregamos los problemas en la vida conyugal, las dificultades en la vida sexual(Principalmente con los roles).

Es importante que cobrar conciencia de nuestra situación especial y que no pretender que todo el mundo nos acepte, entender que enfrentamos mayores problemas los heterosexuales, fortalecerse como personas y defender nuestro derecho a vivir como se nos de la gana, sin exigir que los demás aprueben nuestro estilo de vida. Pero sobre todo ser capaces de defender nuestra integridad como seres humanos y su el derecho a la libertad de elegir nuestra forma de vida, sin afectar los derechos y libertad de terceros.