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13 de julio de 2011

Publican en internet guía para curar la homosexualidad

 

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Bajo el título “Homosexualidad y esperanza” la página web del obispado de Alcalá de Henares señala una serie de pasos que lleven a la cura o transformación de homosexuales, el documento ofrece una esperanza y cambio.

na guía para curar la homosexualidad respaldada por el ex obispo Reig Plá ha sido publicada en el sitio web de la diócesis de Alcalá, el contenido publica una guía para “curar” la homosexualidad una guía para todas aquellos gays o lesbianas que deseen “un cambio o evolución” o, simplemente, quieran formarse sobre el tema, bajo el título de 'Homosexualidad y Esperanza'.
"La orientación sexual de una persona puede cambiar en el transcurso de la vida" es posible tener "la esperanza". Estas palabras se recogen en la guía publicada por el obispado de Alcalá de Henares en la que se aconseja como actuar para evitar o rectificar la homosexualidad.
El texto también presta consejos a los padres para prevenir algunas conductas. "En lo referido a los menores de edad conviene recordar que los padres, por su parte, cuando advierten en sus hijos, en edad infantil o en la adolescencia, alguna manifestación de dicha tendencia o de tales comportamientos, deben buscar la ayuda de personas expertas y calificadas para proporcionarle todo el apoyo posible". Expone el texto, que advierte de la posibilidad de rectificar estas conductas en los menores, y en caso de presentarse alguna posibilidad de una "desviación" sexual, reorientarla.
La Diócesis Complutense apoya su tesis con la presentación de varios textos bíblicos como por ejemplo el suceso de Sodoma aparecido en el Génesis, en el cual dicha ciudad es devastada por las llamas en castigo por la homosexualidad y la lujuria de sus habitantes.
El Obispado dirigido por Monseñor Juan Antonio Reig Plá enlaza también con contenidos de la Universidad de Navarra que expone diversas teorías de la Asociación Médica Católica, tales como que la homosexualidad puede generarse por tener padres alcohólicos.
El actual prelado de la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid) publica un enlace en su web con consejos y citas bíblicas para ´reconvertir´ a los gays
Coincidiendo con la celebración del Día del Orgullo Gay, cuyo acto central tuvo lugar ayer en Madrid con la ya tradicional cabalgata por los barrios de Chueca y Fuencarral, el obispado de Alcalá de Henares publicó en su página web oficial (www.obispadoalcala.org) un polémico enlace en el que realiza reflexiones sobre la homosexualidad y que pretende ser una guía para ´curar´ a aquellos que sienten atracción sexual por las personas de su mismo sexo. El asunto no tendría la menor importancia para la Región de Murcia de no ser porque el titular de la diócesis madrileño es un viejo conocido de los murcianos: Juan Antonio Reig Plá, quien fuera obispo de la Diócesis de Cartagena entre 2005 y 2009.
No obstante, recuerda que, según el Catecismo de la Iglesia Católica, «los hombres y mujeres que experimentan una atracción sexual hacia personas del mismo sexo deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta».
Entre las citas bíblicas que se ofrecen en el enlace web para convertir a los gays en heterosexuales, destaca una del Génesis (19. 1-29) donde se habla de la destrucción de Sodoma debido a que sus habitantes mantenían relaciones homosexuales. También recomienda una carta de San Pablo a los Corintios en la que se afirma que «ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los pervertidos, ni los ladrones, ni los avaros, ni los bebedores, ni los difamadores, ni los usurpadores heredarán el Reino de Dios».
Fuente: EFE

La promiscuidad

 

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Para el diccionario de la Real Academia Española, promiscuidad significa mezcla o confusión y el adjetivo promiscuo se le atribuye a la persona que mantiene relaciones sexuales con otras varias -obviamente más de una-, así como de su comportamiento, modo de vida, etc. Este significado sugiere que el sujeto que la experimenta, en consecuencia con sus actos, convive con una actitud que no le genera ningún problema de juicio moral o psicológico y disfruta plenamente de la situación.

Promiscuidad sería tener muchas parejas sexuales. Nunca se sabrá realmente cuántas son muchas ni en cuanto tiempo. Esta palabra como adjetivo se convierte en un calificativo bastante despectivo por las creencias infundidas por la sociedad y las religiones. Por eso, le huimos a que nos califiquen de esta forma, porque alguien promiscuo es el que siempre tiene o ha tenido más parejas que uno.

Es normal y natural que el contacto físico esté asociado al afecto. El contacto físicocon personas con quien no se tienen relaciones afectivas, empuja a un desequilibrio emocional, es decir que las personas que se acostumbran a no asociar el contacto físicocon una relación afectiva, van afectando su desarrollo emocional sano y se les dificulta encontrar una relación emocional estable y duradera, creando un círculo vicioso difícil de romper. El sexo casual deja satisfecho al cuerpo pero queda una insatisfacción por falta de intimidad emocional. Cuando la promiscuidad es constante e insistente, la persona se acostumbra a avanzar físicamente más rápido que su proceso afectivo, creando sensaciones de vacío emocional.

Las conductas promiscuas son variadas, tienen múltiples orígenes, se presentan con frecuencia y  en todos lados, se dan generalmente de manera encubierta e incluso hay quienes creen que hacen parte de la variedad sexual. Lastimosamente a los gays se les asocia equivocadamente con este comportamiento, cuando es algo generalizado en la sociedad. Desde Internet, el trabajo, hasta en la pobreza extrema donde la propicia el hacinamiento. Se asocia con la prostitución puesto que las personas con trabajos relacionados con el sexo así como las que las buscan o les pagan por sus servicios son catalogadas como promiscuas.

Por otra parte, debe aclararse que existen enfermedades y patologías obsesivo-compulsivas producidas por la ansiedad así como adicciones al sexo (que pueden conllevar una vida promiscua o no). Quienes las presentan, evidencian sentimientos de culpa, remordimientos y depresión después de la relación, y generalmente, no obtienen placer durante ellas. Las enfermedades mencionadas se deben distinguir de las prácticas promiscuas y no confundirlas entre si. Así mismo, las prácticas promiscuas no se deben confundir con las enfermedades y las enfermedades no se deben mostrar como una excusa o pretexto para incluir las prácticas promiscuas bajo esta modalidad o catalogarlas entre ellas.

La sociedad tiene un ideal -difundido por la iglesia- en el que una persona debe tener en su vida solo una sola pareja sexual. Sin embargo, este ideal no es posible de lograr por diversas circunstancias. En la religión católica la sexualidad solo se concibe en el matrimonio y como este sólo se puede hacer una vez, la idea institucionalizada de que la monogamia es la única conducta buena, hace que cualquier comportamiento diferente –como compartir la sexualidad con más personas- se catalogue como promiscuo. Como la fidelidad es un valor esperado y bueno, usar la promiscuidad como palabra insultante o un comportamiento indeseable o malo, se sataniza y estigmatiza a quienes tienen muchas parejas sexuales, propiciando conductas de riesgo al tener que mantener otras parejas a escondidas, en secreto o en la clandestinidad.

El que tiene relaciones ocultas se siente culpable y al vivir una situación que siente como indebida, se llena de miedo y éste lo obliga a negar lo que ha hecho. Muchas veces las enfermedades se contagian pues el uso del condón genera sospechas incómodas al tener que ponerse en evidencia. La idea creada por la iglesia de una pareja en la que se puede confiar, a la que se respeta y se le debe fidelidad crea una seguridad de que la fidelidad es un hecho y las relaciones bajan la guardia y se relajan los temores ante las enfermedades. Esto incrementa los riesgos de adquirirlas. Hay que aclarar que los riesgos no dependen de la cantidad de parejas sexuales distintas, sino de la manera en que se dan los encuentros (si se usa o no un condón correctamente).

Las religiones se rasgan sus vestiduras en sus discursos sobre la promiscuidad, al señalarla como un camino inapropiado que va en contra de los valores familiares y las buenas costumbres. Sus discursos la toman como uno de los mayores riesgos para contraer enfermedades, pero es falso que sólo los promiscuos se contagien cosas.

Las políticas gubernamentales tienden hacia laabstinencia, la fidelidad y el uso de condones. La educación sexual se centra en el miedo a ser malo, infundido por las ideas de la iglesia en vez de señalar la necesidad de tomar decisiones informadas. La prevención debe anular los conceptos relacionados con la culpa que las teorías de la iglesia han difundido y hablar de prácticas de riesgo, como la penetración sin condón. Hay que tener presente que la amenaza más grave de la salud pública contemporánea es la multiplicación de sida, sobretodo porque la mentalidad de la gente se relaja debido a la aparición tardía de las manifestaciones clínicas, que permiten un período de latencia y de contagio a veces de años.

La promiscuidad no es un problema, hasta el momento en que se lleva al extremo en el que se hagan las cosas tan mal que se presenten prácticas de sexo no seguro. Las consecuencias de los actos propios solo dependen de cada uno, de los acuerdos que tenga en sus relaciones y de las decisiones que cada quien toma.

Conseguir sexo es facil. No se puede ocultar la proliferación de espacios clandestinos para hacer cruising. Muchos bares gays son lugares reconocidos para conseguir relaciones sexuales de una noche y los saunas y videos propician prácticas de sexo no seguras. El problema es que muchas personas piensan que las enfermedades no los tocarán o que con un solo acto irresponsable no ha habido riesgo y que la suerte los va a acompañar.

Los gays antes de la aparición del sida eran generalmente más promiscuos que los heterosexuales y ese recuerdo quedó en la imagen colectiva de la sociedad y se creó un paradigma relacionado con esta imagen. Sin embargo, esta enfermedad ha frenado muchas prácticas riesgosas.

Este texto pretende que pierda fuerza el paradigma que tienen algunas personas de que la promiscuidad es algo inherente de la homosexualidad, o que son sinónimos entre si, puesto que no hay argumentos convincentes para asegurar que la infidelidad es un problema mayor en las parejas gays que en las heterosexuales, que el hombre gay tiene más parejas sexuales que los heterosexuales, que la promiscuidad se presenta solamente en los que practican el sexo gay clandestinamente o que muchos gays han tenido muchas parejas. Decir que los gays somos más promiscuos que los heterosexuales es un error, porque existe también existe un alto nivel de promiscuidad en las relaciones heterosexuales.

Como en todo, hay bastantes gays menos promiscuos que muchos heterosexuales. El rechazo social siempre será mayor para los que practican relaciones ocasionales que para las relaciones homosexuales estables.

Ello no quiere decir que los gays no busquen y deseen relaciones estables o que a muchos les repela moralmente el sexo anónimo. También debe analizarse sin prejuicios que el deseo de relaciones monogámicas con una sola pareja y el deseo de sexo casual con desconocidos no son necesidades mutuamente incompatibles. Debemos llegar a un punto en el que cualquier forma de relación que una persona decida tener sea valida, incluso la de tener las parejas que se le antoje. Eso va a hacer más facil asumir el uso del condón como una práctica responsable.

La mayor parte del problema está en el manejo del impulso y el deseo sexual, porque controlarlos es difícil. La monogamia es una posible solución a las enfermedades de transmisión sexual que se ha ido recuperando en la práctica por el temor al sida, aunque sin condenar, la decisión de optar por la monogamia no garantiza nada. Se debe insistir con ahínco en que hay que protegerse en la actividad sexual, sea con quien sea.

Es posible que la solución esté en encontrar un punto medio entre la abstinencia, el sexo seguro y la promiscuidad como tal, donde se combine de algún modo una apreciación realista del impulso sexual. La evolución de la sexualidad humana ha llevado a que los impulsos sexuales no sean tan desenfrenados y no está mal la idea de intentar controlarlos y luego alternarlos con amor y ternura para mayor plenitud.

Ahora la lista de los 10 países mas promiscuos del mundo.

1.- Finlandia.

2.- Nueva Zelanda.

3.- Slovenia.

4.- Lituania.

5.- Austria.

6.- Latvia.

7.- Croacia.

8.- Israel.

9.- Bolivia.

10.- Argentina.

Sorprendentemente ni  México o Estados Unidos se encuentran entre lo 10 primeros. “ME SORPRENDE”.