WELCOME!!!



pARA tOdoS aqUeLLOS q VIvIMOs de uNA FORma dIFEReNTE... COMUNIDAD GAY-BI-LES DEL SUR DE GUANAJUATO







21 de agosto de 2010

El amor gay en los tiempos del chat

 

El deseo de apropiarse de la intimidad de un desconocido convertido en objeto amoroso perfecto, como explica Erich Fromm en “El Arte de Amar”, nos conduce a soñar, sentirnos enamorados y hallar el alma gemela en un nickname del ciberespacio

¿En serio existe el enamoramiento virtual? La cordura dice no, es de ilusos, pero los implicados en una relación cibernética juran que sí y no se lo toman a juego, ellos no están de acuerdo cuando se les dice que están emocionados más que enamorados, los motiva la expectativa de hacer realidad su sueño romántico, más parecido a los idílicos mitos del amor que narra Ovidio en “El Arte de Amar”, pero en realidad se enamoran de la probabilidad, de la ilusión que les despierta poder poseer al perfecto objeto de su deseo, aquel que construyeron en su mente sin tomar en cuenta que ese ente maravilloso podría estar construido en falacias.

Muchos, por su falta de suerte en el amor, así se consideran ellos mismos, por su soledad y su cansancio de probar y desilusionarse con frecuencia, por el miedo al fracaso, son fácilmente enamoradizos de las probabilidades más que de las realidades. Las dolorosas experiencias los obliga a irse con tiento, evitan centros de reunión gays o que alguien le presente un buen prospecto; paradójicamente optan por recurrir al medio más arriesgado para establecer contacto con otros chicos porque las posibilidades del desengaño son mayores, otros más han desarrollado un temerario gusto por los riesgos, quizás se han hecho adictos al dolor que implica fracasar, quizás la adrenalina que arroja la aventura les hace sentirse vivos y andar siempre en un círculo vicioso.

Es el deseo de apropiarse de la intimidad de un desconocido convertido en objeto amoroso perfecto, como explica Erich Fromm en “El Arte de Amar”, lo que nos hace sentirnos enamorados de una quimera, un alguien que no tiene figura ni forma, menos rostro, pero con el que soñamos, sólo poseemos el nickname de esa alma gemela, tal vez una foto que no es suya y datos de un perfil supuestamente afín a lo que uno es, la platónica ilusión romántica hace torpe la razón.

Son muchas las historias que diariamente se tejen por el chat y los hay para todos los gustos: bugas, gays, lesbianas, estudiantes, políticos, religiosos, masoquistas, satánicos, corredores de autos, ascetistas, feministas, pacifistas, hitlerianos, etcétera, todo lo que la amplísima diversidad humana nos permita imaginar. De lo que estoy seguro es que aquellos que ofrecen la posibilidad de encontrar compañía, ligues, amistad o relaciones de pareja son los más requeridos.

Y es que el chat, no nos exige estar desnudos enseñando nuestras cositas en un sauna para ligar, tampoco requiere que nos pongamos bien motos y que nos desesperemos en buscar víctima en algún bar, antro o disco con el riesgo de regresar a casa más solitos de lo que llegamos, tampoco esperar a que el azar de nuestra cotidiana existencia haga atravesar frente a nuestros ojos a ese chico que nos apantalle y que con una sonrisa nos invite a amarlo, tal como acontece en las películas o en los cuentos picarones de páginas porno. Los chats de ligue gay nos da la oportunidad de encontrar compañía real una noche cualquiera si nos atrevemos a jugar la aventura, vamos casi a la segura con la garantía de hacer realidad una fantasía, de tener sexo real, cuando se llega con el prospecto ya no hacen falta más introitos ni palabras de conquista, “se va a lo que se vino”, ya después se puede charlar y quedar para algo más si se desea y si se dio el “hormonazo”.

En contraparte, si no andas en busca de sexo, sino de conocer amigos para entre ellos encontrar novio, sabrás que es de los tuyos cuando la plática no aborda sexo ni erotismo de inmediato, antes investigarán mutuamente sobre su personalidad, aficiones, deseos, experiencias, planes y así gradualmente hasta concertar una cita donde, si fueron sinceros uno con el otro, la decepción no será mayúscula y si hay buena suerte encontrarán empatía y sentarán las bases al menos de una amistad, pero estos son los menores de los casos.

Hay otros que son tan tímidos que no ponen fotos reales ni robadas, a esos nadie les hace caso a no ser que presenten argumentos interesantes o inteligentes. Abundan aquellos que aseguran no dar la cara porque no quieren encontrarse a un conocido, no sea que digan a todo el mundo que es gay. O sea, el closet también viaja por la red, no advierten que todos los que están en el chat gay tienen algo muy en común.

Un buen consejo para no salir tan raspado en una cita a ciegas concertada por el chat es no hacerte enormes expectativas del prospecto sino esperar lo menos, de modo que si te encuentras con lo más (el galanazo alivianado y maravilloso que todos queremos) puedas gritar a los cuatro vientos todos los aleluyas que quieras (claro, si es que él quiere todo contigo); pero si esperas lo más y recibes lo menos, uff, lástima... a llorar tus lamentaciones al virtual muro de los corazones rotos. Si esperas lo más y recibes lo más, oh bendita suerte; pero si esperas lo menos y recibes lo menos, quedas tablas y cada quien a su casa y a seguir planeando la cibercaza.

Fuente: Anodis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario