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7 de mayo de 2011

Semen humano en las recetas de cocina

Recientemente en los Estados Unidos salió un libro de cocina titulado “Natural Harvest”. Expresión que podría traducirse como “cosecha natural”. Es un bonito  volumen de alrededor de sesenta páginas que al igual que los mejores libros de recetas, está dividido en capítulos. Se comienza con el de las bebidas, luego se pasa al de los aperitivos y se desarrolla hasta llegar al capítulo dedicado a los postres. Servicio completo.

Nos ilustra platos de pescado, carne y verduras. Sin embargo, dudo que a estos últimos se les pueda llamar “platos vegetarianos”. El denominador común de todas las recetas es un ingrediente curioso: semen humano.

Natural Harvest es un libro de recetas basado en el uso culinario del semen. En la introducción del libro —que se puede comprar por sólo €18.49 en lulu.com— Paul “Fotie” Photenhauer — nos explica cómo puso en marcha esta audaz locura culinaria.

El hombre, según Photenhauer, es omnívoro. Si hay algo que nos gusta, seguramente encontraremos la manera de comerlo. Incluso los alimentos más extraños. En Suecia, comer pescado podrido es algo ordinario. En Asia las hormigas fritas son consideradas un manjar. Y nosotros los europeos, bebemos litros y litros de leche que no es otra cosa que la secreción de la ubre de una vaca —con todas sus contraindicaciones.

El semen tiene muchas ventajas: en primer lugar, no es difícil de encontrar y no se gasta mucho para obtenerlo —en la mayoría de los casos basta sólo un poco de energía. Además es muy nutritivo y tiene excelentes propiedades culinarias. Se puede comparar con el vino o el queso, por el dinamismo de su gusto. Por supuesto, todo depende de la dieta que siga el “productor”.

Es evidente que la vacilación inicial podría ser limitante pero —asegura el autor— una vez superado este obstáculo, podemos descubrir nuevas e infinitas posibilidades de usarlo. ¿Cómo resistirse a la tentación de preparar un “Quasi White Russian” o un plato de ostras en “salsa blanca”?

Por cierto, piénsalo bien antes de ofrecer un plato de estos a tus invitados. Por lo menos, explícales cómo lo preparaste. No sea que corras un peligroso riesgo…

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